/*botones deslizantes

***********************************

***********************************

***********************************

***********************************

***********************************

***********************************

***********************************

***********************************

lunes, 21 de octubre de 2013

Cómo está su Banco?

Cómo está su Banco?

LA BANCA EN EL 2do TRIMESTRE 2013

Este análisis explicita el contenido del gráfico “Cómo está su Banco?”; visible tanto en el menú como en el Observatorio Bancario del blog. Tanto el análisis como el gráfico fueron la resultante de una aplicación del Método de Componentes Principales en tres Dimensiones.

GENERALIDADES

Al final del 2do trimestre 2013 y según los indicadores del CAMEL[1]  tenemos una banca en lo fundamental con dos características esenciales (i) mucha liquidez y (ii) baja morosidad. Sin embargo, en relación con el bajo nivel de morosidad ha de tenerse en cuenta que para cierto sector de la banca, este resultado se explica por su muy baja exposición al riesgo de crédito, ya que en estos la mayor parte de sus activos productivos están conformados por títulos valores y muy poca actividad crediticia (Gráfico de Activos Productivos ).

BANCOS POR ENCIMA DEL PROMEDIO[2]

Agrupa aquellos bancos que presentan un desempeño positivo -por encima del promedio- en la mayor parte de los indicadores y las dimensiones del CAMEL[3] .

En este grupo ubicamos los bancos: Provincial, Venezuela, Mercantil, Banesco, Bancaribe, Exterior y Plaza. Estas instituciones presentaron al 2do trimestre 2013 los más altos niveles de rentabilidad del patrimonio, muy por encima del promedio del sistema bancario cuyo valor fue de 45.3%. También se trata de bancos cuyos activos productivos cubren con holgura  los pasivos con costo: destacando Bancaribe y Exterior[4] . Son instituciones con muy bajo índice de morosidad  por debajo del valor medio del sistema de 1.06%, pero en estos bancos -a diferencia de otros- ello equivale efectivamente a una muy buena gestión del riesgo de crédito, ya que en los activos productivos de gran parte de estas instituciones la participación de los créditos vigentes y reestructurados supera el 60% (Activo Productivo ), lo cual es validado por el elevado margen de intermediación que como grupo promedió un 58.9%, cuando el promedio de la banca fue de 49.6%. Son bancos con niveles de activos improductivos respecto del patrimonio -activos que no generan renta- algo por encima del promedio de la banca de 230.1%, ya que en conjunto alcanzaron un nivel del 245.3% en el indicador, vale destacar que este grupo concentra el 63% de las disponibilidades[5]  -activos que por su liquidez son de disposición inmediata- del sistema, producto de la elevada liquidez que el sector bancario presenta en la actualidad y de la confianza que el consumidor tiene en estas instituciones, esto lo ratifica el hecho que este grupo de bancos acumula el 39.4% del total de las captaciones del público al 2do trimestre 2013.

BANCOS DENTRO DEL PROMEDIO

Estos son bancos que  muestran un comportamiento relevante positivo o moderadamente negativo sólo en algunas dimensiones o indicadores del CAMEL (ver nota [2] a pié de página), mientras en las otras dimensiones  se comportan como el promedio de la banca.

Este grupo comprende los bancos: Tesoro, Citibank, Banplus y Activo. Son bancos con un saldo positivo en la dimensión Gestión Administrativa, pues son los de mayores activos productivos en relación con los pasivos con costo y el banco del Tesoro presentó adicionalmente los más bajos costos de transformación[7]  en relación con el activo productivo medio, y también se trata de instituciones con destacado comportamiento en la dimensión Patrimonio, ya que la solvencia patrimonial estuvo en el orden del 19.06%, 16.95%, 11.2% y 15.61%  siendo el promedio de la banca de 13.8%. Aunque mostraron en Rentabilidad un cometido cercano al promedio de la banca -ya que la rentabilidad patrimonial del grupo fue de 43.1% versus un promedio del sistema de 45.3%- a nivel individual Banplus y Tesoro alcanzaron niveles del 66.4% y 57.5% respectivamente en el indicador. En relación con la Liquidez  vale la pena destacar que los bancos Activo y Banplus  se ubicaron por debajo de la media del sistema, de acuerdo con el índice de liquidez ampliada y la prueba súper acida de la liquidez.

BANCOS POR DEBAJO DEL PROMEDIO

Aquí se agrupan aquellos bancos que mostraron un desempeño por debajo de la media del sistema en algunas dimensiones o indicadores del CAMEL, comportándose como el promedio de la banca en las otras dimensiones.

Este grupo comprende los bancos: BOD, Corp Banca, Fondo Común, Sofitasa, 100%Banco, Del Sur, Nacional de Crédito Caroní y Venezolano de Crédito. Y dentro de ellos se puede apreciar la existencia de dos subgrupos claramente definidos, el primero de ellos compuesto por los bancos BOD, Corp Banca, Nacional de Crédito, Sofitasa y Fondo Común  en principio comprometidos en Gestión Administrativa ya que -salvo el banco Nacional de Crédito- presentan  los más bajos niveles en activos productivos respecto de los pasivos con costo, y si bien poseen brecha positiva parecen estar reflejando el peso de los pasivos con costo en su desempeño. Por otro lado, salvo Fondo Común mostraron bajo desempeño en Rentabilidad del patrimonio con niveles del orden del 23.2%, 32.1%, 29.7% y 32% respectivamente si se le compara con el 45.3% del sistema bancario global. El segundo grupo está conformado por los bancos 100%Banco y Del Sur, los cuales presentaron niveles de liquidez por debajo de la media del sistema según el índice de liquidez ampliada y esto se acentúa en 100%Banco si se mide a través de la prueba súper acida de la liquidez, este resultado de sumo interés si tomamos en cuenta los elevados niveles de liquidez de que dispone la banca actualmente. Además en cuanto a gestión Administrativa, están por debajo de la media del sistema según el indicador activos productivos respecto de pasivos con costo en 19 y 63 puntos porcentuales respectivamente y con 100%Banco exhibiendo costos de transformación respecto del activo productivo medio de 9.3%, cuando la media de la banca se halla en 6.1%. Estas dos instituciones mantienen niveles de intermediación por debajo del promedio de la banca en 13 y 14 puntos porcentuales respectivamente,  lo cual se explica en parte por la baja participación de los créditos vigentes y reestructurados dentro de los activos productivos de estos bancos, del orden del 39% y 33% respectivamente, se trata de instituciones muy dedicadas a financiar el gasto público mediante la compra de títulos valores emitidos por el gobierno. El banco Venezolano de Crédito es un banco con elevada liquidez según la prueba súper acida y el índice de liquidez ampliada, pero es el segundo banco con los mayores niveles de activos improductivos de 388.3%, impulsado esto fundamentalmente por el peso de las disponibilidades -este banco posee el 3% del total de la banca- y adicionalmente es un banco con una muy baja rentabilidad del patrimonio de 6.6% cuando el sistema promedia 45.3%.Finalmente tenemos el banco Caroní, con rentabilidad del patrimonio por debajo de la media del sistema en 23.5 puntos porcentuales, y con un margen de intermediación de 19.8 puntos porcentuales por debajo del promedio de la banca; de sus activos productivos sólo el 34% es dedicado a la actividad crediticia y exhibe un índice de morosidad del 4.3% lo cual lo compromete dado que el sistema exhibe en la actualidad un nivel de morosidad media de 1.06%; se trata también de otro banco más cuyos activos productivos están dominados por la inversión en títulos valores, con un peso del 65%.  

BANCOS MUY POR DEBAJO DEL PROMEDIO[6]

Se trata de bancos que por su desempeño en el CAMEL deberían tomar medidas correctivas en el corto y mediano plazo, que los lleve a converger hacia la estructura de los bancos de comportamiento medio del sistema bancario. Son instituciones que podrían verse muy comprometidas si el estado de la macroeconomía se deteriorase aún más o el país sufriera un shock en los términos de intercambio.

En este grupo ubicamos a los bancos: Bicentenario e Industrial. Son bancos que destacan por el alto nivel de activos improductivos que poseen -aquellos que no generan renta- de un 788.5% y 308.1% respectivamente, mientras que el promedio de la banca gira alrededor del 230.2%, en el caso del Bicentenario se explica por el nivel de disponibilidades -este banco ostenta el 11.6% de las disponibilidades de todo el sistema-, de Bienes de Uso y de Otros Activos que posee, mientras que en el caso del Industrial se explica por el nivel de Disponibilidades y Otros Activos. Son bancos de muy baja Rentabilidad, ya sea que se mida mediante la rentabilidad del patrimonio, en la que presentan niveles de un 23.4% y 6% respectivamente, cuando la media del sistema es de 45.3%, o que sea medida mediante el margen financiero respecto del activo medio, exhibiendo en este caso valores del 5.07% y 6.05% siendo el promedio de la banca de 8.4%. Son las instituciones financieras con los más bajos márgenes de intermediación de toda la banca, de un 19.3% y 9.6% respectivamente, cuando la media del sistema es de 49.6%, lo cual descansa en el hecho de ser bancos en los que la participación de los créditos vigentes y reestructurados dentro de los activos productivos es de apenas el 28% y el 11% respectivamente, y para hacer la situación aún más crítica el banco Industrial posee un índice de morosidad del 7.2% (el promedio de la banca es de 1.06%), es decir, los pocos recursos que dirige a la actividad crediticia los coloca en proyectos de escasa o nula rentabilidad; es curioso que en momentos en que el gobierno está tan necesitado de incrementar la productividad interna de la economía, un banco del estrato grande como el Bicentenario dedique el 71% de sus activos productivos a la adquisición de títulos valores, y no al otorgamiento de créditos que financien el sector real. 


[1] Seguir el link (DATOS) para descargar los indicadores CAMEL utilizados en el análisis.
[2]El promedio de la banca respecto de cualquier indicador del CAMEL es la suma del valor del indicador en cada Banco entre el total de las instrucciones.
[3] Solvencia Patrimonial, Calidad de Activos, Gestión Administrativa, Rentabilidad y Liquidez.
[4] La Brecha estructural respecto del activo medio de estos bancos supera en cerca de 8 puntos porcentuales  la media del sistema de 36.8%
[5] Componente importante de los activos improductivos.
[6] Gastos de personal más gastos operativos.
[7]Para el análisis del Banco Agrícola ver el artículo “¿Esta la Banca Sosteniendo el Crecimiento de la Economía?” en Cerosesgo Opinión



domingo, 1 de enero de 2012

Activos Improductivos


Activos Productivos

LOS ACTIVOS IMPRODUCTIVOS[1]                                                                                                                                                                                      
La contabilidad de los activos improductivos no sólo difiere en forma importante de país a país, sino que también ofrece amplias posibilidades de que la administración de la institución incorpore su propio juicio. El método contable prescrito y la opinión ejercida al seguir dicho método tiene un profundo impacto en los balances generales y en los estados de resultados de los bancos. Aunque no es un tema nuevo, la contabilidad de los activos improductivos probablemente sigue siendo el punto más importante relacionado con el tema de la contabilidad en el análisis crediticio de un banco. El deterioro en la calidad de los activos es la causa fundamental más común en la quiebra de un banco, independientemente de que ésta sea provocada por alguna crisis sistémica o por prácticas deficientes en el otorgamiento de créditos, aunque típicamente la causa más próxima a originar una crisis de liquidez en un banco es cuando los depositantes o los  acreditantes comienzan a sospechar sobre la deficiente calidad de los activos de la institución. Por lo tanto, el analista de crédito debe entender la contabilidad de los activos improductivos e intentar ajustar las diferencias para poder realizar comparaciones más precisas entre los bancos, principalmente entre instituciones de diferentes países. Para efectos de la calificación, Standard & Poor's realiza ajustes y en general opta por técnicas contables más conservadoras, dados los peligros de subestimar el tamaño y alcance de los activos improductivos.
En la contabilidad de los activos improductivos se deben considerar los siguientes temas:
  • ¿Cuál es la definición de un activo improductivo?
  • ¿En qué medida se devengan intereses sobre los activos improductivos?
  • ¿Cuál es la política de provisionamiento o reservas contra pérdidas sobre los activos improductivos?
  • ¿Cuál es la política de castigos de los activos improductivos?
Inclusive la terminología de activos improductivos difiere de sistema bancario a sistema bancario. En algunos países, tanto la contra-cuenta activa usada para reducir el valor contable de la cartera de créditos como la partida del estado de resultados usada para crearla se denominan "reservas para pérdidas por préstamos". En otros países, ambas partidas se llaman "provisiones". Para distinguir entre las dos, Standard & Poor's en sus publicaciones denomina "reserva" a la partida en el balance general y "provisión" a la del estado de resultados. De esta forma, en la terminología de Standard & Poor's una provisión crea una reserva. Cuando un crédito se considera incobrable se convierte en un crédito "cancelado" directamente contra el estado de resultados o se registra como un "castigo" directamente contra la reserva para préstamos incobrables al reducir una reserva creada previamente (aunque esto también puede llamarse una "cancelación"). Las "amortizaciones" o "cancelaciones" inversas se refieren a la reversión de una reserva que ya no se considera necesaria y las "recuperaciones" se refieren a la recuperación total o parcial de un crédito previamente cancelado.


Los activos improductivos pueden incluir créditos, activos relacionados a los préstamos como bienes adjudicados, valores, activos fuera de balance tales como garantías por cobrar o derivados en efectivo. Además, puede haber compromisos fuera de balance que requieran provisiones como son las garantías proporcionadas o bien las cartas de crédito por pagar, cuando se espera que el obligado principal incumpla, así como los compromisos para prestar a acreditados en problemas. Los activos bursatilizados sobre los que el banco todavía asume el riesgo de crédito también se registran fuera de balance.

En varios casos, los bancos que han sufrido de muchos problemas de créditos vencidos los han "vendido" a compañías de propósito específico, algunas veces denominadas "bancos malos", diseñadas para sacar la cartera de créditos en problemas de los balances del banco y liquidarla. En algunas ocasiones, estas compañías son creadas por los mismos bancos; pero con mayor frecuencia son creadas por los gobiernos en los casos en que ha ocurrido una crisis bancaria sistémica. En la mayoría de los casos, los bancos fondean a estas compañías de propósito específico y son ellos los que siguen asumiendo la mayor parte o todo el riesgo de las pérdidas crediticias eventuales. Standard & Poor's incluye en el balance de los bancos los activos vendidos a estas compañías para analizar el monto de los activos improductivos de la institución y el nivel de reservas.
Por lo general, la cartera crediticia es el principal activo del banco; y también es la que más probablemente puede sufrir deterioro. Por este motivo, conocer la definición de cartera vencida (NPLs -non-performing loans-, por sus siglas en inglés) es el primer paso clave en el análisis de la calidad de los activos. En Estados Unidos, la definición de los créditos en estado de no-acumulación (non-accrual loans en inglés) está estandarizada como aquellos créditos que se registran con base en el flujo de efectivo que generan debido al deterioro en la situación financiera del acreditado, en los cuales no se espera recibir el pago total del principal o los intereses y donde el principal y los intereses están vencidos por más de 90 días, a menos que dicho crédito se encuentre bien garantizado y esté en proceso de cobranza. Los créditos reestructurados (préstamos reestructurados a una tasa de interés menor a la del mercado) y "otros bienes adjudicados" (OREO -other real estate owned-, por sus siglas en inglés) o bienes obtenidos en dación en pago o adjudicación, también se deben revelar y se consideran como activos vencidos.
En otros países, la definición puede variar considerablemente. En general los créditos al consumo y los de hipotecas residenciales se clasifican como vencidos de acuerdo al tiempo de vencimiento, pero ese periodo puede variar desde 20 hasta 180 días. En algunos países y bancos, la morosidad se define sobre la base contractual y otros la definen sobre la base de pagos oportunos. En los casos en que la morosidad se define sobre la base de pagos oportunos, algunas veces sólo se consideran los pagos totales, y otras veces, los pagos parciales son suficientes para mostrar que un crédito esta vencido. En otros países puede haber diferentes estándares para clasificar como vencidos los créditos hipotecarios y los créditos al consumo en parcialidades; y los créditos hipotecarios sólo se registran como vencidos después de periodos más largos de los aquí descritos.
Respecto a los créditos corporativos, en la mayoría de los países el factor más importante para decidir si un crédito se clasifica como vencido o no es el juicio que emita el administrador de riesgos sobre ese crédito. Para ciertos tipos de préstamos, como son los créditos para sobregiros, los cuales son muy comunes en algunos países como el Reino Unido, la única norma posible para determinar si el crédito está vencido o no es la opinión del administrador de riesgos sobre ese crédito, ya que no hay vencimientos específicos siempre y cuando el acreditado se mantenga dentro del límite de la línea de sobregiro. Decidir qué tan liberal o conservadora es la administración al emitir sus opiniones o juicios sobre esta cartera, es una de las partes más difíciles del análisis de bancos y en general sólo puede hacerse tras extensas discusiones con la administración de la institución.
El Comité de Basilea para la Supervisión Bancaria propuso una "definición de referencia" de incumplimiento, la cual puede ser usada por los bancos que planean aplicar el "enfoque con base en calificaciones internas" en los nuevos estándares de capital propuestos por este comité. De acuerdo con la definición propuesta, se considera que ha ocurrido un incumplimiento con respecto a un obligado específico cuando se han presentado uno o más de los siguientes factores:
  • Es poco probable que el obligado pague sus obligaciones de deuda (principal, intereses o comisiones) en su totalidad;
  • Un caso de pérdida crediticia relacionada con alguna obligación de dicho obligado, tal como un cargo, provisión específica o reestructuración que involucró la condonación o aplazamiento del pago del principal, intereses o comisiones;
  • El obligado se encuentra en morosidad por más de 90 días respecto a cualquier obligación de crédito; o
  • El obligado ha solicitado la bancarrota o protección similar contra los acreedores.
Si esta definición se aplicara en la mayoría de las instituciones, traería consigo una estandarización mayor entre los países, y sin embargo, todavía dependería mucho del juicio de la administración de la institución.
También hay diferencias respecto a si un crédito en particular se considera vencido sólo cuando ese crédito se encuentra en atraso, o si los otros créditos otorgados a esa entidad morosa debiesen considerarse como parte de la cartera vencida. El método más conservador es considerar como vencidos todos los créditos a la entidad en incumplimiento y los créditos a sus entidades relacionadas. El algunos países, solamente se considera vencida la parte del crédito que cayó en incumplimiento, es decir las amortizaciones que no se han pagado. En muy pocos países, ésta última condición es la que se aplica a los créditos hipotecarios, pero en el resto de los créditos se considera como vencido el saldo total de esos créditos.
Además de esto y dependiendo del país, los créditos reestructurados pueden o no ser revelados en forma separada de la cartera vigente. En muchas naciones, las cifras de los créditos reestructurados no se dan a conocer ni se publican y además pueden reclasificarse de vencidos a vigentes tan pronto como hayan sido reestructurados. En otros países se reclasifican como vigentes únicamente después que haya transcurrido un periodo de tiempo específico y haya evidencia de que el acreditado ha podido cumplir con los nuevos términos de pago de la reestructura.
Sólo en algunos países, como en Estados Unidos, los bienes adjudicados se agrupan dentro de la cartera vencida. En la mayoría de los países, éstos no se consideran parte de la cartera vencida ni parte de la revisión de las tendencias de los activos improductivos. Sin embargo, frecuentemente se registran como una categoría separada en el balance general o se indican en las notas de los estados financieros.
Aunque el análisis de los activos improductivos se enfoca en la cartera de créditos (y en la cartera de bienes inmuebles, en la medida que representen los activos adjudicados), también puede extenderse a la cartera de valores, incluyendo:
  • Títulos o valores de deuda, adquiridos como inversión o como equivalentes de crédito que estén en incumplimiento; y
  • Valores de deuda y de capital que se reciben como intercambio de créditos malos o como parte de una reorganización o reestructuración de deuda, o como colateral adjudicado.
Los valores de capital adquiridos como inversiones cuyo valor disminuye drásticamente también pueden considerarse afectados, pero se analizan por separado y no tanto como parte de los activos improductivos.
Para efectos analíticos, Standard & Poor's considera que es necesaria una definición más amplia de los activos improductivos, de acuerdo con la cual, debe incluir:
  • El monto de todos los créditos vencidos por 90 días o más y cualquier otro crédito a la misma entidad, independientemente de que se encuentre vigente o no;
  • El monto total de los créditos a una entidad cuya credibilidad se considere afectada a tal punto que la cobranza sea dudosa, lo que por lo general incluiría cualquier entidad estrechamente relacionada de acreditados que estén en incumplimiento;
  • Todos los créditos reestructurados a las tasas de interés que no sean de mercado, inclusive si están devengando y pagando los intereses de acuerdo con los términos de la reestructura;
  • Todos los bienes adjudicados y los bienes recibidos en pago; los valores afectados según se describe anteriormente; y

Los activos improductivos que no se consideran en el balance general incluyendo los créditos vendidos a las compañías de enajenación de activos problemáticos cuando existe un recurso al banco y los activos bursatilizados que están vencidos en donde el banco retiene el riesgo de crédito.
En la medida de lo posible, Standard & Poor's ajustará los activos improductivos totales para que cumplan con esta extensa definición. Si no es posible, Standard & Poor's hará distinciones cualitativas para reconocer la diferencia en las definiciones.
Políticas sobre el devengo (acumulación) de intereses
Las políticas relacionadas con el devengo (acumulación) de intereses en los activos improductivos también difieren en forma sustancial de país a país. El método más claro es aquel que se usa actualmente en la mayoría de los países, en donde no se devengan intereses sobre la cartera vencida. Aún en este caso, existen diferencias sobre si los intereses devengados y no cobrados se reversan o se capitalizan. Además, el tratamiento de los intereses devengados y cobrados depende del juicio de la administración: en general, los intereses devengados se registrarían en el estado de resultados si la administración estima que es probable que se recupere el principal, pero si hay duda, entonces éstos se utilizarían para reducir el saldo de principal en los libros del banco.
En otros países, los intereses continúan devengándose pero se reservan en su totalidad. Este método arroja el mismo resultado que la primera política descrita: los activos improductivos netos y la utilidad neta son los mismos que conforme al método de no acumulación. Sin embargo, habría diferencias en varias partidas: los activos improductivos brutos, las reservas en el balance general, los intereses ganados brutos y netos, así como las provisiones para pérdidas crediticias cargadas al estado de resultados, todas serán mayores que las que tendrán los bancos que usan el método de no devengo. Las comparaciones entre los bancos en diferentes países usando los dos métodos tendrían que ajustarse para tomar en cuenta estas diferencias.
Desde el punto de vista del analista de crédito, la política más perjudicial es la metodología de no acumular intereses o provisionarlos únicamente en aquellos casos en los que la administración considere que el colateral sobre el crédito será insuficiente para recuperar los intereses. Esto es consistente con la contabilidad de "valuación a mercado". Esta metodología tiene las siguientes desventajas:
  • Se basa más en las valuaciones del colateral.
  • Aún si las valuaciones del colateral son teóricamente correctas, un banco puede tener dificultad en realizar estos valores.
  • Los costos de reestructuración y recuperación pueden ser muy altos.
A menos que se proporcione información detallada de cuantos intereses se han devengado sobre la cartera vencida, las comparaciones con bancos que utilizan métodos contables más conservadores son prácticamente imposibles.
Todos estos temas de acumulación de intereses aplican tanto a los créditos reestructurados y a los valores de deuda que no devengan intereses, así como a los créditos reportados como vencidos. Esto es particularmente cierto para las reestructuras que involucran periodos de gracia o pagos extremadamente bajos en los primeros años del crédito, lo que pospone la fecha de reconocimiento que prueba la capacidad real del acreditado para repagar la deuda.
Desafortunadamente, en general es imposible ajustar las diferencias en las políticas de acumulación cuando el provisionamiento de intereses no se realiza por completo. Sin embargo, en muchos casos, está disponible el activo que generó los intereses devengados no cobrados. Una indicación de que se está aplicando una contabilidad agresiva es cuando la cifra de intereses devengados no cobrados crece más rápido que la de los activos productivos, (tomando en cuenta las fluctuaciones en tasas de interés), o la de la cuenta pasiva de los intereses devengados por pagar.

Las políticas de reserva contra pérdidas crediticias también difieren sustancialmente de país a país y pueden variar en mayor o menor medida entre los bancos dentro de un mismo país. La política más conservadora es castigar o reservar totalmente cualquier crédito con problemas, así como establecer reservas generales para posibles pérdidas futuras que todavía no hayan sido identificadas como problemas.

En Estados Unidos se ha puesto mayor énfasis en los castigos de cartera, en tanto que en el resto de los países se han concentrado más en las reservas. La política en sí es mucho menos importante que la adecuación del monto de reservas. La comparación entre los créditos vencidos en sistemas bancarios en los que se enfatizan los castigos y sistemas bancarios en los que se enfatizan los requerimientos de reservas, debe de realizarse con valores netos de las reservas.



¿Las reservas necesarias se determinan exclusivamente con base en el número de días de vencido, la clasificación de la cartera regulatoria o interna, o (para créditos grandes) con base en estimaciones de pérdidas crédito por crédito?

¿En qué medida se toma en cuenta el colateral para determinar las reservas necesarias, como se calcula su valor, y si se consideran totalmente los costos relacionados al colateral?
¿Cómo se compara el porcentaje de cobertura de reservas contra créditos vencidos frente a los mínimos regulatorios, las cifras históricas, y las de bancos similares?
¿Se han constituido reservas para otros activos improductivos como son valores bursátiles y activos fuera de balance tales como garantías de deuda de clientes en problemas o líneas de crédito comprometidas? y ¿ Estas cifras se divulgan tanto en el estado de resultados como en el balance general?
Además de (o en lugar de, si el banco castiga los créditos rápidamente) las reservas "específicas" que cubren créditos individuales con problemas, ¿existen reservas "generales"? De ser así, ¿cómo se calculan?
¿Existen también "reservas para riesgo-país"?
¿El tratamiento fiscal de las provisiones afecta el nivel de las reservas?
¿Las provisiones contra pérdidas por créditos se revelan únicamente en forma neta, o se revelan tanto las nuevas provisiones brutas como las provisiones revertidas?
En general y asumiendo que se estiman en forma conservadora, son preferibles las reservas que se determinan con base en un análisis crédito por crédito para préstamos corporativos en comparación con aquéllas que se determinan con base en algún método mecánico. Desafortunadamente, también es más difícil juzgar qué tan conservadoras son esas reservas, aunque puede ayudar el tener discusiones detalladas con la administración. Desde un punto de vista de calificación de riesgo crediticio, el ideal es probablemente una situación en la que la reserva sobre un crédito dado sea mayor que (a) un mínimo con base en el número de días vencidos, o (b) el monto necesario estimado a través de un análisis detallado.
Para créditos al consumo e hipotecas residenciales, en general, el monto de la reserva se determinará a través de una fórmula, ya sea basada en la antigüedad de la cartera o en la experiencia del banco con un tipo de crédito específico.
En forma similar, desde el punto de vista de la calificación crediticia, se necesita ser muy escéptico para tomar en cuenta el colateral al determinar el nivel adecuado de la reserva.
Existen dificultades en la valuación del colateral, y a menudo los bancos usan valuaciones que asumen mercados normales cuando se encuentran en medio de una recesión en donde los valores caen dramáticamente. Puede haber alguna dificultad jurídica o cualquier otro tipo de problema en la ejecución de una hipoteca y estas dificultades pueden intensificarse en entornos económicos adversos. Inclusive si los bancos finalmente pueden ejecutar una hipoteca, esto puede implicar costos sustanciales que no han sido tomados en cuenta en la evaluación. Finalmente, aún si el banco puede adjudicarse la garantía, en un mercado malo podría ser difícil que venda el colateral.
Las provisiones creadas para los activos adjudicados, títulos y valores incobrables, partidas fuera de balance y similares, deben agregarse a las provisiones de pérdidas crediticias para determinar el desempeño histórico en materia de crédito del banco. Por lo general, estas provisiones se incluyen en las pérdidas de valores o en otros gastos y pueden o no divulgarse en las notas de los estados financieros.
Por lo general, aunque no siempre, las reversiones de provisiones se divulgan por separado para los bancos que enfatizan en las reservas específicas. Algunas veces, las reservas necesarias se agregan a las reservas específicas y entonces se comparan con las del periodo anterior y la diferencia es la provisión de la pérdida crediticia, por lo tanto no revela la cifra de provisiones brutas ni de reversión de provisiones. El método más sólido requiere de analizar cada crédito de manera individual y registrar las reservas nuevas y los aumentos en éstas por separado de las disminuciones en reservas. Todas las reservas nuevas y los aumentos a las reservas son nuevas provisiones brutas y el total de las disminuciones en las reservas son las cifras de reversión de reservas. Por lo general, estas cifras se divulgan por separado en las notas de los estados financieros. Normalmente la provisión para pérdidas crediticias que se muestra en el estado de resultados se refiere a las cifras netas, aunque algunas veces son cantidades brutas, y las reversiones se incluyen en otros ingresos. Lo ideal sería que las provisiones específicas y generales se registraran por separado. Siempre que haya información disponible, Standard & Poor's usará las nuevas provisiones netas como una partida de gastos, pero analizará los componentes por separado para poder evaluar qué tan conservadoras son las políticas de creación de reservas del banco.




Las políticas de castigos están sujetas casi a las mismas consideraciones que las políticas de reserva. Esto aplica para bancos como los de Estados Unidos, que probablemente realizan más rápido el castigo de lo que pueden crear una reserva específica. Sin embargo, en la mayoría de los países, la cuestión de cuándo y cuanto se castiga un crédito es mucho menos importante. En estos países, los créditos no se castigan hasta que:

  • El acreditado haya terminado completamente con el proceso de quiebra o el banco esté casi seguro de que no recuperará nada por cualquier motivo;
  • El periodo prescrito por la regulación ha transcurrido.
  • Las autoridades fiscales se los permiten; o
  • Alguna combinación de lo anterior.
Sin embargo, inclusive en estos casos el analista deberá tener conocimiento de los procedimientos para castigar cartera a fin de poder realizar comparaciones más significativas del récord de pérdidas crediticias del banco: en caso de que los castigos sean rápidos, los activos improductivos tenderán a ser bajos en comparación con los de aquellas instituciones que se tardan más en castigar un crédito. Las reservas contra pérdidas por créditos también tienden a ser más bajas en los bancos cuando los castigos son más rápidos; de no ser así, es probable que sea un signo de una contabilidad más conservadora.




Finalmente, existe la cuestión del tratamiento fiscal. En algunos países, los bancos contabilizan los beneficios fiscales de una pérdida crediticia cuando se realiza la provisión, inclusive a pesar de que la pérdida crediticia no se puede contabilizar para efectos fiscales hasta que no se realice la cancelación o el castigo. Cuando hay un periodo de tiempo largo entre las dos y las provisiones de pérdida crediticia aumentan más rápido que los castigos, los bancos pueden crear grandes activos fiscales diferidos que pueden constituir una parte sustancial del capital reportado. Este fue el caso de los bancos japoneses y mexicanos en los años 90. Los analistas tenían que cuestionarse cuándo o inclusive si los bancos realmente podrían hacer efectivos estos beneficios fiscales futuros tomando en cuenta las dificultades para que las autoridades fiscales aceptaran los castigos y si las utilidades serían suficientes para usar los beneficios fiscales, inclusive si se permitían los castigos.

Por otro lado, si las provisiones o ciertos tipos de provisiones no son deducibles para efectos fiscales, y el banco no contabiliza de inmediato el beneficio del impuesto fiscal diferido, el banco podrá realizar y contabilizar estos beneficios en el futuro. De esta forma, las reservas creadas sin reservar los beneficios fiscales pueden cubrir más del valor nominal de las pérdidas crediticias si el castigo o cancelación futura es deducible de impuestos y el banco tiene utilidad gravable al momento en que lo realiza.




[1] Fuente: página WEB de Standard & Poor.